Lo bueno, lo malo, lo igual o lo diferente son tan sólo proyecciones humanas
Ya hemos dicho que todo lo bueno viene de Dios. Cuando lo bueno sucede, cuando la química surge entre dos personas, quizá sea difícil recordar que se trata de un regalo que nos da Dios y no esa otra persona. Nuestra tendencia natural nos lleva a capturar y poseer el momento y a intentar que permanezca para siempre. Pero sólo sucederá si estamos verdaderamente presentes durante ese hermoso momento, siendo conscientes de que toda esa luz procede de Dios. No se puede poseer a Dios. Y que lo maravilloso llegue a suceder es tan sólo una cuestión de gracia: no se puede esperar, poseer, capturar, forzar o crear. Se trata de una bendición transitoria que deja en el corazón una huella de gratitud.
Los ángeles crean esos momentos maravillosos para que recordemos lo mucho que Dios nos ama y para que tengamos presente de dónde venimos. La belleza y el amor no se nos otorgan porque seamos más especiales que otros. Cuando los ángeles toquen tu vida con los dones divinos de Dios, basta con estar presente para que cambie la química interior de tu ser. No te jactes nunca de haber disfrutado de un momento divino o sólo conseguirás que se contamine. La mejor respuesta es la profunda gratitud.
Meditación de los ángeles : Agradeceré a los ángeles que me bendigan con su toque divino
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