Mi luz resplandece... acariciando la obra de Dios y mi fulgor se convierte en cálidas olas
de luz que llegan para inundar tu vida... para que se convierta en una fuente de Amor.
Ven... ven a mis brazos. Cierra tus ojos... siéntate en mi regazo y absorbe... absorbe mi
fragancia... mi sublime esencia de rayos divinos. Ahora... usando tus sentidos conectados
al infinito Amor, percibe el espacio-tiempo y la densidad.
Todo se disuélvelos límites se derrumban. Ya no hay muros, no hay barreras, sólo
resplandores... destellos celestiales... ¡el infinito profundo! Tú estás allí... tú eres allí...
porque fuera de las ataduras físicas, tú eres el infinito y... ¿qué llega a este «espacio»?...
vibraciones de Amor, las centelleantes luces de la oración, los pensamientos nobles, las
entregas espirituales, las acciones de bondad y la esencia primordial para mejorar tu
mundo..
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