Un mensaje del Ángel Deva de las aves de este planeta (1)
Nota: Este dictado fue entregado a través de Walter Javier Velásquez el 4 de noviembre de 2008 en la vereda “Los Alpes”, municipio de Palestina, departamento de
Caldas.
Yo Soy el Ángel Deva de las aves de este planeta. Yo Soy la conciencia que recibe el Rayo de Luz desde el corazón de Dios en el Gran Sol Central y lo
lleva a todas las aves de este planeta, las cuales son extensiones de
Dios, así como lo son ustedes; los Hijos e Hijas.
Contemplo con tristeza todas las aves que se encuentran enjauladas, prisioneras por voluntad de los hombres. Aves que fueron creadas por Dios con el
propósito de que surcaran los cielos con su vuelo, de que alegraran los
montes, las llanuras y las selvas con su canto, de que iluminaran las
nubes con su colorido plumaje, de que transmitieran al hombre y a la
mujer la imagen del Espíritu que se eleva –el Espíritu que vuela y va
más allá.
En realidad las aves son grandes maestros de los Hijos e Hijas de Dios: las Extensiones Divinas en este planeta. Escuchen su canto y sepan que es el
canto de la vida, el canto de la libertad, el canto del Espíritu
Supremo que te dice: “!Elévate!, ¡Asciende!, ¡Vuela!, ¡Despierta!, ¡Se
el Más!”.
Cada vez que escuches el canto de un ave recuerda que es el Espíritu Supremo que te llama a Ser Más. Su vuelo representa el vuelo del Espíritu que ha estado
prisionero durante milenios en las garras del ego humano. Cuando ese
Espíritu despliega sus alas se eleva y vuela libre hacia el sol.
Cada ave que está en la Tierra representa la libertad suprema del Espíritu Divino que YO SOY. Amados, ningún hombre o mujer de de este planeta puede ni podrá
jamás lograr su libertad espiritual y material mientras se la niegue a
otros. Aquel hombre que es capaz de encarcelar en una jaula de hierro a
un pajarillo por su canto o por su colorido plumaje, está haciendo
prisionera su propia alma y se está negando a sí mismo la oportunidad de
volar y explorar el Cosmos.
Ustedes ven con terror como un grupo guerrillero puede secuestrar, con fines supuestamente políticos y “a favor del pueblo”, a una persona por ocho,
diez o doce años. Pues bien, recuerden eso cuando secuestran a estos
pajarillos en sus propias casas. Eso equivale a secuestrar a un hombre o
una mujer. Las aves que surcan el cielo son extensiones del Dios Uno,
el YO SOY.
Las aves que yo represento son sus maestros y guías espirituales. Recuerden como Jesús los puso de ejemplo (2) para enseñar a la humanidad a vivir en la
conciencia del Eterno Ahora. Jesús enseñó que las aves viven el ahora y
no están atadas por el futuro o el pasado, solo viven en el presente el
regocijo de ser extensiones de Dios.
Observen el ejemplo que las aves dan a la familia humana: los polluelos reciben su alimento diariamente. Llegado el momento, los polluelos tienen que volar
del nido. Cuando estos están demasiado cómodos y no quieren volar, la
madre los empuja lanzándolos del nido, obligándolos a que desarrollen su
propia independencia e individualidad. Ello los impulsa a que vuelen,
encuentren una pareja y hagan su propio nido.
Este es un ejemplo maravilloso que muchas madres y padres de la Tierra no han sabido comprender. Entonces ellos permiten que sus hijos continúen en el
hogar después de cierta edad generando una codependencia. Eso limita su
crecimiento espiritual y su desarrollo humano personal.
Podría seguir hablando durante horas de todos los ejemplos que las aves que yo represento -en el Espíritu del Uno que YO SOY- les dan a ustedes. Sepan y
comprendan que la libertad que el hombre espera, debe empezar por darse
a estos, sus hermanos muy pequeñitos.
Amén.
Notas:
(1) Ángel Deva: Un Ángel Deva es el Espíritu que sostiene la vida y la conciencia para una especie particular. Los Maestros nos han enseñado
que los animales no tienen un alma individual sino un Espíritu de grupo.
Cada animal es una extensión de ese Espíritu de grupo y este a su vez
es Extensión de Dios. Hay animales que, debido a su evolución, ya tienen
un alma individual o elemental.
(2) Mateo 6
25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida
más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad
las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta.
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